Como dijo Perec, no son los elementos los que determinan el conjunto, sino el conjunto el que determina los elementos. Aisladamente, una pieza de un puzzle no quiere decir nada; es tan sólo pregunta imposible, reto opaco; pero no bien logramos conectarla con una de sus vecinas, desaparece, deja de existir como pieza: la intensa dificultad que precedió aquel acercamiento, no sólo no tiene ya razón de ser, sino que parece no haberla tenido nunca, hasta tal punto se ha hecho evidencia: las dos piezas milagrosamente reunidas ya sólo son una, a su vez fuente de error, de duda, de desazón y de espera.
Manuel Ruiz Toribio: “Mi fotografía es de esperar mucho. Nunca tengo prisa”
El fotógrafo manchego presenta su fotolibro ‘Almagro. En un lugar de la Tierra’ (Alambre Ediciones, 2020) donde traza un viaje de vuelta a los orígenes, a su tierra, retratando el…